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Dios nace para sanar la familia humana

Funeral, Sacrament-based, Holy Day, Holiday, Special Occasion - Sample homilies to be adapted for your use

Occasion: Christmas homily in Spanish Readings: Lucas 2:1-14 y/o Mateo 1:1-25 ES NAVIDAD y todas las preocupaciones que tenemos: la comida, los invitados, los regalos, se multiplican. Y venimos a misa para tener por lo menos un momentito de paz. Esperamos escuchar en el Evangelio esa linda historia de Navidad con los angelitos y el cielo estrellado y con los pastorcitos. Pero en vez de esa historia, escuchamos esta larga lista de nombres que no se pueden pronunciar. ¡42 nombres! ¿Qué tiene que ver todo eso con la Navidad? Bueno, tiene que ver con la paciencia de Dios; con su fidelidad y su plan. Esta lectura nos recuerda que Dios es más grande que todos nosotros y nuestros planes. En los antepasados de Jesús tenemos a todos los héroes y a todos los mafiosos de la historia hebrea. Tenemos a todos los santos y a todos los pecadores. Comenzando con el más grande, Abraham, el papá de todo el pueblo Judío. Abraham tuvo una fe increíble. Y su hijo Isaac también fue un grande. Pero el hijo de Isaac, Jacob, fue un medio mentiroso y el hijo mayor de Jacob, Judá fue a quien se le ocurrió la idea de vender a su hermanito José a la esclavitud. El que le sigue a Judá, Fares fue uno que nació porque Judá se acostó con su nuera, Tamar, pensando que era una prostituta. Y así seguimos con unos antepasados no-muy-perfectos hasta llegar al rey David; el gran rey David; grande y lujurioso que se acuesta con la esposa de Urías (que casualmente era uno de sus amigos y generales) y cuando se entera que está embarazada arregla para que Urías muera en batalla. Pero uno de los hijos de David con la esposa de Urías es el gran rey Salomón. Y de ahí seguimos con todos los mafiosos y desastrosos hijos, nietos y bisnietos de Salomón cuyos pecados llevaron a la división de Israel y Judea y al exilio a Babilonia. Y del exilio, catorce generaciones más tarde nace San José que se casa con esa adolescente que ya estaba embarazada . . . Es como nuestra familia, ¿eh? Todas las familias tienen divorcios y abusos—todas tiene alcohólicos y jóvenes embarazadas. En todas las familias hay mentiras, insultos, gritos y lágrimas. Todos somos, en algunos momentos, santos y en otros, pecadores. Y a esa familia humana vino el Salvador: A una familia como la tuya y como la mía. Hoy celebramos el nacimiento de Dios-hecho-hombre. Hoy celebramos el nacimiento de Jesús, el rey de los reyes, el más grande de todos los grandes. Pero este rey no nace en un palacio. El nacimiento de ese rey no se celebra con comida, ni con bebidas alcohólicas, ni con música, ni regalos. Este rey llega al mundo a través del vientre de una joven adolescente que queda embarazada antes de casarse. Este rey no tiene donde nacer y llega al mundo en un establo, sucio y hediondo. Y el anuncio del nacimiento no va primero a los ricos y poderosos. No, el anuncio llega primero a los más pobres de los pobres, a los pastores. Y después del nacimiento, la familia Santa tiene que huir a otro país porque el rey Herodes quiere matar al niño. Este rey de reyes no tiene donde vivir y vive sus primeros años como refugiado en otra tierra . . . Ese es nuestro Dios: el Dios de los pecadores, de los adúlteros, de los mentirosos y los que no confían en Dios. Es el Dios de los pobres, de los humildes, y de los que no tienen educación y de los que no tienen donde vivir. Ese es nuestro Dios. Hoy celebramos el nacimiento de Dios-hecho-hombre. Hoy celebramos el nacimiento de Jesús, el rey de los reyes, el más grande de todos los grandes. Ese es nuestro Dios—el Dios que hace nuevas todas las cosas. El Dios que nace aún a causa de nuestras malas decisiones. Déjalo que nazca dentro de ti. Déjalo que nazca en tu pobreza y en tu humildad. Déjalo que nazca en tu dolor y en tu temor. A Dios lo encontramos cuando nos sentimos desterrados y perdidos. Cuando hemos perdido el camino. Si no encuentras a Dios, búscalo en los pobres, en los oprimidos y en los afligidos. Búscalo en los refugiados y en los cautivos. Búscalo en tu cansancio, en tu enfermedad, en tu ignorancia y en tu desempleo. Búscalo en tu dolor que ahí lo vas a encontrar. Búscalo en tu familia, llena de pecadores, ahí lo vas a encontrar. Ese es nuestro Dios. El más grande que lo grande; el Dios, rey y creador del universo se hace chiquito para entrar en el vientre de una adolescente; también se hace chiquito en forma de un pedacito de pan para que lo podamos ver; para que lo podamos tocar y adorar y para que lo podamos recibir como alimento. Para que de verdad, de una forma muy real, entre dentro de nosotros y nos alimente. Esta Navidad déjalo que nazca dentro de tu corazón cansado y afligido. Déjalo que nazca en tu familia de santos y pecadores y encontraras la paz.

Authors Deacon Pedro Guevara-Mann

holy day/feast Christmas Homily in Spanish Lucas 2:1-14 Mateo 1:1-25

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La Maravilla de la Navidad

Funeral, Sacrament-based, Holy Day, Holiday, Special Occasion - Sample homilies to be adapted for your use

Días festivos: Solemnidad de la Natividad del Señor (Navidad): Misa de Medianoche Lecturas: Isaías 9:1-6; Tito 2:11-14; Lucas 2:1-14 CIERTAS IMÁGENES inspiran asombro. Son potentes más allá del simple contenido de la escena. Son potentes porque se dirigen a un lugar más profundo de nosotros que las palabras por sí solas. En la escena del Nacimiento tenemos una imagen así: una madre serena, un padre preocupado y un recién nacido vulnerable. Viajeros atribulados, se ven obligados a refugiarse en un establo, y el niño está acostado en un pesebre—un comedero para animales. Su rústico entorno los deja apenas protegidos de los elementos, expuestos a cualquiera que se cruce en su camino. Y son muchos los que se acercan: pastores, gente del pueblo, ángeles y reyes. Vienen a ver lo que hay que ver. Y nosotros venimos aquí en esta ocasión especial, para celebrar este nacimiento, y poner nuestra atención en esta escena del niño en el pesebre. ¿Por qué cantan los ángeles? ¿Por qué han viajado tan lejos los magos para ofrecer sus regalos a este niño? ¿Por qué se reúne la gente del pueblo y se inclinan los pastores? ¿Qué ocurre en el corazón de esta madre? ¿Qué sueña preocupado este padre? Hay muchas formas de responder al asombro. Jesús las conoció todas en su ministerio público. Algunas personas se maravillaban ante sus obras, pero eso era todo lo que hacían, maravillarse. "¡Caramba! ¿Has visto eso? ¿No es increíble?" y seguían con sus vidas sin cambiar. Y había quienes querían que Jesús hiciera maravillas para entretenerlos, como quien hace que un perro salte a través de un aro. Querían "maravillas a la carta." Luego estaban quienes veían la realización de prodigios como una especie de prueba de fuego para saber quién tiene el favor de Dios. Si haces algo de magia para nosotros, estás bien. Si no lo haces, no vale la pena escucharte. Jesús sabía que el sentido del asombro es abrir nuestros corazones. Es ayudarnos a ver que hay más en la vida que lo que hemos llegado a esperar. A través de la vida humana existen elementos de lo divino. Jesús sabía que el sentido del asombro es abrir nuestros corazones. Es ayudarnos a ver que hay más en la vida que lo que hemos llegado a esperar. A través de la vida humana existen elementos de lo divino. ¿Por qué nos maravilla esta escena en particular? Porque tenemos dos realidades capturadas en este único momento humano. Lucas nos dice, "Esto les servirá de señal: encontrarán a un niño envuelto en mantas y acostado en un pesebre." Y escuchamos en el evangelio de Juan, "El Verbo se hizo carne y vivió entre nosotros." Tenemos, por un lado, una realidad muy mundana—un niño vulnerable en un entorno muy pobre. Y, sin embargo, este mismo niño de la pobreza es también la Palabra que es Dios. ¿Cuál es la respuesta adecuada al asombro? Hacer como los pastores y ponernos de rodillas. Hacer como los reyes y ofrecerle nuestros dones. Darle toda nuestra atención y abrir nuestro corazón. Quedarnos sin palabras ante esta escena maravillosa y dejar que la verdad penetre en nuestros corazones, nuestras mentes, nuestros cuerpos, nuestras almas. Esta escena es una invitación y una promesa. La invitación es a dejar atrás nuestra búsqueda de protagonismo y aventurarnos en el misterio. A ser tan vulnerables como este niño y estos padres. A ser tan abiertos como estos pastores y tan generosos de corazón como estos reyes. A alabar como los ángeles y estar atentos como la gente del pueblo. La promesa resultante es que nos encontraremos con Dios. Descubriremos no sólo que Jesús es Dios, sino que nosotros también podemos compartir la vida de Dios—no sólo en la otra vida, sino aquí y ahora. Esta es mi invitación—una invitación que espero responder yo mismo. Es una invitación a la santidad. Abre tu corazón a la maravilla de esta escena en el pesebre. Reza a diario, quizás antes de cada comida con tu familia o amigos. Cultiva tu relación con Jesús prestando atención a su presencia. Lee los evangelios. Celebra el culto semanalmente. Deja de exigir señales de Dios y observa las muchas que tienes ante ti. No desperdiciemos este momento de maravilla. Read this homily in English.

Authors Tom McGrath

holy day/feast Christmas Homily in Spanish midnight mass Isaiah 9:1-6 Titus 2:11-14 Luke 2:1-14

Restricted

Word of the Week

24 November 2024

Solemnity

\sə-'lem-nə-tē\

From Latin sollemnis for “fixed ceremonial,” highest-ranking day of the church calendar that celebrates a mystery of faith such as the Trinity, an event in the life of Jesus, Mary, the Mother of God, or another important saint. Solemnities override every other feast or memorial, including Sundays in Ordinary Time. The church assigns Sundays and solemnities three readings—from a prophet, apostle, and gospel—to instruct the faithful in the work of salvation.

Pronunciation Read more

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